According to the última edición de la Revista Acción Climática, “el 90% de los ejecutivos creen que la sostenibilidad es importante, pero sólo el 60% de las organizaciones tienen estrategias de sostenibilidad”.
El panorama actual de los negocios exige brindar protagonismo a las variables ambientales que puedan afectar o verse afectadas por los proyectos que desarrollen las empresas; incluso, para los entes financiadores, esta nueva dinámica exige dedicar gran parte de su estudio a determinar los riesgos ambientales de los proyectos que buscan financiación y los impactos que estos puedan generar al medio ambiente, bajo un esquema de responsabilidad social y ambiental, siendo así actores fundamentales para alcanzar los objetivos en la lucha frente al cambio climático.
Y es que los riesgos ambientales pueden implicar no solo una afectación a los recursos naturales, sino que pueden verse reflejados de manera negativa en los resultados económicos de las compañías y los entes financiadores, generando que los modelos de negocio tiendan a variar de manera positiva o negativa, en relación con el comportamiento que tradicionalmente era conocido.
Es como esto se traduce en la sostenibilidad de la inversión que, generando beneficios económicos al empresario, permite la revelación de efectos positivos para el medio ambiente; este término que fue definido por la Organización de las Naciones Unidas como “la capacidad de continuar generando beneficios en el tiempo”, ha tenido grandes evoluciones gracias al entendimiento en materia económica del comportamiento de las inversiones y su dependencia de varios factores, de ahí la importancia de mantener una constante de divulgación de información financiera relacionada con el clima, pues se requiere garantizar la disponibilidad de recursos empleados en los proyectos y los beneficios a corto y largo plazo en materia ambiental y social.
Hoy en día y gracias a este concepto, se ha descartado que la variable más importante para tomar decisiones financieras sea la rentabilidad, si la misma no va atada a la sostenibilidad. Así, la sostenibilidad en materia económica entra a jugar un papel fundamental al momento de tomar decisiones sobre el cómo, cuándo y dónde invertir, las cuales deben tener en cuenta además de la generación de utilidades, la sostenibilidad del proyecto. Esta visión, garantiza no solo beneficios medioambientales que permiten aportar a las metas del desarrollo sostenible, sino utilidades futuras de las compañías.
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Redacción por: Mónica Vargas Toro | Abogada